El Estrecho y más concretamente la Bahía de Algeciras esconde una historia y una belleza natural, con frecuencia, poco conocida.
A apenas 10 minutos, si salimos desde el Real Club Náutico de Algeciras, comenzaremos a divisar la Punta de San García.
Navegaremos hasta alcanzar la playa de Getares, divisando desde el mar la antigua factoría ballenera. Una factoría fundada en 1920 por un grupo noruego que no cerró hasta el 1927. Pocos saben que este edificio, hoy abandonado, es un gran monumento a lo que nunca debió suceder y una invitación a aprender del pasado.
Los informes del Ministerio de la Marina de 1923 tienen registrado que la Compañía Ballenera cazó en su primer año de funcionamiento un total de 595 ballenas y 47 cachalotes – entre Gibraltar y Cabo Espartel (Marruecos)- .
En sus seis años de funcionamiento se capturaron un total de 3.609 rorcuales y 345 cachalotes. Los cetáceos que frecuentaban las aguas del Estrecho habían sido aniquilados casi en su totalidad lo que causó el cierre de la compañía.
Veinte años después, las poblaciones de estos cetáceos logran recuperarse. Esta vez, y ya con capital español, se reabre la ballenera. No será hasta comienzo de los 60 en la que se vuelve a sufrir una crisis de ejemplares, procediéndose a su cierre definitivo.
Siguiendo con la ruta en barco nos encontramos con el faro de Punta Carnero. Construido en 1864, su propósito fue el de iluminar la entrada a la Bahía de Algeciras, marcando el bajo de la Perla. Una ayuda imprescindible para la navegación.