No recuerdo la primera vez que vi un cachalote en Tarifa.
Lo que sí sé es que todas las Semanas Santa, desde que era un bebé, salgo con mi padre al Estrecho para darles la bienvenida. Cuando era más pequeña creía que las ballenas también tenían vacaciones como yo. Ya, de mayor comprendí que vienen buscando a los calamares gigantes que están más gorditos justo para Semana Santa.
Los biólogos que nos suelen acompañar dicen que es una ‘especie semiresidente’. Eso quiere decir que se quedan a vivir aquí muchos meses, pero que luego se van. Nadie sabe cuándo. Yo creo que tiene que ver con que quieren cambiar de menú… 😉
Son casi todos machos solitarios y bastante grandes. Mi padre y yo jugamos, y hasta competimos, a ver quién localiza antes el ‘soplo’. Es muy divertido. Se trata de mirar al horizonte como si no miraras a nada fijamente. Entones, de repente aparece. Es un chorro de agua de unos tres metros que el cachalote suelta cuando respira. Es inconfundible. En cuanto localizamos el soplo ya sabemos que tenemos un máximo de 10 minutos para llegar a tiempo. Luego se sumerge una hora a casi mil metros de profundidad para seguir comiendo.
Papá conoce bien a los cetáceos y pone el barco en el mejor sitio para no molestarles y, a la vez, para que salgan buenas fotos. A los viajeros les encanta hacer fotos a la cola del cachalote porque grande y bonita. Para los biólogos es muy importante también porque cada forma de la cola es única y, cuando les hacen fotos, los estudian y les ponen nombres.
Justo antes de sumergirse, hay un gran silencio en el barco. Solo se escucha el ffffff cuando el cachalote respira. Mientras, casi todos aguantamos la respiración… Hay un momento mágico en el que la ballena dobla la columna (papá y yo sabemos cuál es) y decimos mentalmente: “¡Ahora!”. Entonces los sonidos cambian. Se escucha un enorme “Ooooooh”, como si todos hubieran estado ensayando la noche anterior y comienzan los clicks de las fotos.
Papá y yo lo hemos vivido muchas veces y, sin embargo siempre acabo emocionándome.
Marina Morales- 11 años-